miércoles, 12 de febrero de 2020

La zamba del pederasta (La tercera es la vencida)

Hay una razón por la cual cada vez es más difícil encontrar contenido adulto. Y no me refiero a una pelotuda haciendo burbujas de semen con la boca, si no a un producto medianamente elaborado, convincente, desafiante y hasta en algunas ocaciones críptico.

Obviamente ponerme en el centro sería como quitarme una costilla y autofelarme, pero la realidad es que (sin tapujos), la finalidad de este blog es esa misma: proveer uno de esos espacios en extinción.


Google se siente jocoso.

Un excelente ejemplo se observa en Los Simpsons. La gente constantemente se pregunta qué pasó con ellos, y dónde quedó esa calidad irreverente que los caracterizaba.

Y la realidad no puede ser más simple: los estándares de moderación están en su punto más alto y absurdo. ¿Cómo pretenden que Los Simpsons se rían de un homosexual con el culo roto que no se puede sentar en la sala de espera del consultorio médico (y de hecho estoy tomando una escena verdadera de los capítulos viejos), cuando ni bien grabar eso a la yugular le saltan cuarenta manatíes transpirando plutonio por el orto y gritando uno de esos himnos más infantiles que el tema de Rocket Power?

Hmm, no recuerdo haber visto este capítulo...

Bien, tal vez el ejemplo les parezca algo extremo, pero es real; y se aplica a casi cualquier creador o medio que se masifica. Y lo peor es que no se están dando cuenta de que eso que aprueban censurar es lo mismo que los hace reír desde un principio. Nada de memes estúpidos ni payasitos "empoderados": la gracia se encuentra en la irreverencia, porque de allí nace el desafío. Y es el desafío, frente a frente, es el que nos pone los pies sobre la tierra.

La risa es un trío (bukakke incluído) entre incomodidad, absurdo y realidad. Lamentablemente, la realidad hoy es más absurda que el semen violeta que eyaculan los pulpos del animé. Y eso normaliza (y eventualmente decima) dos de los tres componentes fundamentales del humor.

En cuanto a la incomodidad, bueno... Creo que es más fácil abrocharse un testículo a la ceja que encontrar una feminista que resista la más mínima contraria.


¿Será acaso esta una treta para que la infantilización sea algo corriente? Me pasa cada vez que quiero ver un tutorial o informativo en YouTube: hay una plétora de videos que parecen escupidos para chiquitos de jardín, por su cadencia, narración, ilustraciones... ¡Pero son videos de física cuántica!

De ser así ¿Cual es la finalidad de infantilizar la sociedad en todos los aspectos, excepto en el sexo?

Ufff, tantas preguntas me terminaron mareando. Me pregunto qué opinaría Horacio Guarany al respecto.

domingo, 2 de febrero de 2020

El Milagro de la Milanesa (Nuevos aires, nuevas pestilencias)

¿Dos posteos en un mismo año? ¿Y en una misma semana? ¿Qué clase de alucinación post-goregrind es esta?


Uno de mis álbumes favoritos. Hasta la imagen de la tapa me inspiró varias veces, y esto es completamente en serio.


Coronavirus. ¿Saben la cantidad de huevos que me chupa? Bueno, sólo tengo dos, pero me los puede chupar por un buen rato. Porque la realidad es que todos tienen un patógeno u otro tipo de porquería adentro, y casi nadie lo sabe.

Dejando de lado por un momento la poesía hipersexual, la realidad es que alcanza con tocarse un brazo. ¿Podés notar ese quiste de grasa que en la puta vida tenías, y que parece haber salido de ningún lugar conocido por mortal alguno? Bueno, no sos el único. Y si ingenuamente pensas que se trata de tu edad, en un vano intento por evitar que tu orto transpire más que el de un payaso en monociclo balanceandose en un puente atado a las tetas de una gorda diabética, estás equivocado. Lo he observado en gente de 20, 30 y 60 años; todos ellos desarrollándolo al mismo tiempo.

Pero este blog no es acerca de conspiraciones y nihilismo, si no acerca de vestir la realidad mundana del absurdo y deleznable cotidianismo moderno en un velo de asquerosas parábolas intrascendentes.




Es interesante exacerbar el ego de la gente a través de aquello que ignora o disfruta. Y como un adolescente juguetón, que imagina el clítoris de su primer novia como un Patty recién sacado del envoltorio (cuando en realidad es carne de perro molida por un gordo asiatico con herpes), a veces el ego involucra disfrutar de la ignorancia. Y la fisión temperamental se vuelve inevitable.

Similar también a aquellas mujeres que pintan un cuadro de sexualidad liberada, aunque en realidad lo único que tienen liberado (y adiestrado) es el sentido de auto-conservación. Pero cuando inevitablemente dicho sentido se activa de manera instintiva, el mismo choca contra sus modos hedonistas cual eyaculación en la cara de una virgen evangélica: En una violenta y asquerosa confusión.

¿Cómo es posible que la gente se extrañe de algo completamente esperable? ¿No es acaso un absurdo en sí mismo el pretender buscarle sentido al sinsentido?

Me fui al carajo y los hice pensar. Haganse la paja, y que siga la fiesta.